HASTA CUANDO? UN AGRO PLANIFICADO

HASTA CUANDO? UN AGRO PLANIFICADO
Por Ing. Eduardo Riqueros Raygada
Es necesario entender la importancia del sector agricultura, como sector primario de la economía, y su valiosa participación en el desarrollo económico social integral de nuestro país y de nuestras regiones, por la multiplicidad de ventajas que ella otorga, siendo las principales la seguridad alimentaria, la generación de puestos de trabajo, y el enfrentar los cambios climatológicos constantes que ya están encima de nosotros.
Aun a pesar que el Estado, no efectúa ninguna acción estructural para planificar técnicamente dicho sector, tiene su crecimiento basado en el esfuerzo productivo de más de dos millones de pequeños productores que abastecen de alimentos el mercado interno, los mismos que continúan viviendo en la pobreza, sin seguro social y de salud, sin posibilidades de crédito, con tecnología ancestral, etc abandonados por la burocracia estatal, incapaz de encontrar soluciones estructurales a su problemática. Asimismo, es necesario indicar que también crecemos en este sector por el esfuerzo de la agroindustria en nuestro país, la misma que debemos impulsar.
Es urgente y necesario que el gobierno y los gobiernos regionales entiendan y le otorguen la importancia que tiene la agricultura, como sector primario de la economía, y dejemos de estar improvisando con burócratas ineficientes, que desde el escritorio, quizás con estudios en grandes universidades foráneas, pero con total desconocimiento de la problemática del agro nacional y regional, están improvisando y mal asesorando a la clase política nacional y regional, haciéndoles creer que con mediciones cuantitativas perfectas, de programas de emergencia agrarios coyunturales, con nombres rimbombantes dirigidos desde lima, que no son nada más que parches a una realidad, y no representan soluciones estructurales a la problemática de la agricultura, nos hacen creer que vamos a poder desarrollar este importante sector. Estamos advertidos los ciudadanos, que es necesario que el gobierno nacional o regional le otorguen a la agricultura la importancia debida, y se dediquen a estudiarla para plantear y aplicar planes de corto, mediano y largo plazo, dentro de una planificación, dejando de lado la improvisación vigente.